La Parroquia
La iglesia de Torres Torres, bajo advocación de Nuestra Señora de los Ángeles, es un sobrio edificio cuyo primer cuerpo se terminó de construir a finales del siglo XVII. En 1688 se contrataban los trabajos de remate interior de su fábrica, ejecutándose el esgafriado policromado de los yesos de sus bóvedas y capillas laterlaes, que actualmente se conservan en bastante buen estado. La antigua iglesia parroquial, edificada pocos años después de la conquista y cuyos restos se han encontrado recientemente, se encontraba situada en las inmediaciones del castillo. Ambos edificios convivieron durante unos años, sabiendo que en 1721 se encontraba en pie la vieja iglesia. La nueva iglesia de estilo barroco, es de buena fábrica, con un frontispicio alto y sobrio, destacando, en el mismo, el sencillo vano de la portada recercado con grandes sillares de piedra caliza, provenientes quizá de la cercana cantera de la Peña Negra.
Posee la iglesia un esbelto campanario construido con sillares cuidadosamente labrados, siendo uno de los pocos, de esta época, construidos con este material, pues generalmente, y dada la casi siempre escasez de medios, se usaba para ello la mampostería y el ladrillo. Todos los sábados y domingos continúan repicando en su campanario sus viejas campanas, siendo la más antigua de ellas ‘María la Xicoteta’ que, según consta grabado en la misma, se fundió en 1691. Dos son del s. XVIII, construdida, una de ellas, ‘Maria Michela’ en 1787 por Vicente Roses, maestro campanero, vecino de Benisoda. En el ARV, Protocolos hay una cita que nos habla de la contratación en agosto de 1786 de la segunda campana con la condición de que fuera mayor que la campana grande terminada de fabricar en Algímia, esta cita refleja en parte la rivalidad de pueblos vecinos.
En 2007 la campana ‘María la Xicoteta’, que fue restaurada gracias a las subvenciones aportadas por la Generalitat Valenciana y el Ayuntamiento de Torres Torres. Ese mismo año se hizo público el proyecto de una nueva campana que se llamaría “Virgen de la Leche”. Dicha restauración se llevó a cabo en Julio de 2015. La parroquia reemplazo la campana, que fue destruida en 1936, por la nueva con donativos de los feligreses. Asimismo, la nueva campana, que cuenta con la inscripción “Del poble de Torres Torres a la Mare de Déu de la Llet”, tiene medio metro de diámetro, pesa 88 kilos y es una réplica de la original.
El templo tiene la condición de Bien de Relevancia Local según la Disposición Adicional Quinta de la Ley 5/2007, de 9 de febrero, de la Generalitat, de modificación de la Ley 4/1998, de 11 de junio, del Patrimonio Cultural Valenciano (DOCV Núm. 5.449 / 13.02.2007). En consecuencia las intervenciones en las campanas deben ser comunicadas a la Dirección General de Cultura adjuntando el proyecto previamente al inicio de los trabajos.
La patrona de la población es Nuestra Señora de la Leche, de la cual se conserva una bella talla en madera policromada del primer tercio del s. XV, siendo una de las más antiguas de la Comunidad. La imagen serena y sonriente muestra una gran dulzura y actitud maternal, destacándose de otras muchas de este periodo, representadas en actitud sedante. La Virgen se encuentra erguida, con el pie ligeramente adelantado y con el Niño introduciendo cariñósamente la mano en el regazo de su madre, actitudes con las que el artista trata de romper el hieratismo clásico de estas representaciones.
Guarda también la iglesia una rica y artística cruz procesional, toda ella labrada en plata, sobre ánima de madera, que tiene trazas de las cruces procesionales del siglo XVI, con su macolla poligonal conformada en dos pisos, cuyas caras están primorósamente trabajadas.
La Antigua Iglesia Parroquial de Torres Torres
El lugar de Torres Torres, debido a la importancia de su fuerte castillo, una vez conquistada la ciudad de Valencia, fue poblado desde el primer momento por cristianos viejos, contando seguramente desde entonces, con su correspondiente iglesia, que, dado lo reducido del lugar, sería de pequeñas dimensiones.
Asentado ya el Reino, se produce un aumento de población como consecuencia de la prosperidad alcanzada en estos años de tranquilidad y desarrollo. Las casas de la población, ya habían abandonado la protección de los muros del castillo y se desparramaban por la ladera, bajando hacia el Camino Real, y es en este momento cuando también deben levantar su iglesia en la explanada que se habilitó en el espacio existente frente al castillo, lugar en la que se encuentran sus restos. Se halla erigida ya en 1316, año en el que se concedió licencia al rector y jurados para poder disponer de cierta cantidad de dinero que había en el depósito de la Fábrica para comprar unos pergaminos con los que componer los libros de dicha iglesia.
Construida seguramente siguiendo el modelo de iglesia de arcos de diafragma y techumbre de madera, tan abundante en las primeras iglesias construidas tras la repoblación cristiana , solución relativamente económica que evitaba la construcción de grandes muros capaces de soportar los empujes de las pesadas cubiertas, sería ampliada en 1353, periodo de tranquilidad en el que Torres Torres, junto a numerosas poblaciones del Reino, ha experimentado un aumento de población, lo que motiva que los jurados de Torres Torres decidan ampliarla . Siguiendo el ritual cristiano, la planta está orientada en la dirección oeste-este, con la cabecera vuelto hacia el este. Si no fue en su origen, en algún momento, coincidiendo quizá con su ampliación, se le debió adosar un ábside para un nuevo presbiterio, pues cuando se llevó a cabo su derribo en 1684 se indicaba que había que aprovechar las aristas de piedra que sostenían la bóveda del presbiterio.
El empleo de madera y materiales de escasa calidad, unido a la humedad de esta zona ribereña, no lejos de la costa, hacen que el edificio vaya necesitando de reparaciones periódicas. En marzo 1409 se gastaban 25 libras en obras y reparos de la abadía de dicha iglesia. Años después, y en julio de 1453, se pagaban 12 libras, por obras hechas así mismo en la casa abadía. La pobreza de medios empleados en la construcción de dicha abadía, vuelve a ponerse de manifiesto en 1464, año en el que deciden reedificarla. Las referencias a obras de reparación en esta casa y a su mal estado siguen apareciendo a lo largo de los años, habiéndose gastado en ella 53 libras en el año 1574, pero a pesar de ello en la Visita de 1589 se conmina al rector para que repare la abadía, “que está al costado de la iglesia”, y que nuevamente se encuentra arruinada.
En estos primeros años la Parroquia de Torres Torres será, después de la de Sagunto, la más importante del Bajo Palancia, ,atendiendo a su extensión y al número de almas que agrupaba, gozando su rectoría gracias a ello y a las rentas que disfrutaba, de cierta apetencia entre el Clero que se la disputaba.
Sin embargo, en el último tercio del XVII tras el desmembramiento de las parroquias de Algimia, Alfara, Serra y Náquera que hasta entonces pertenecían a la de Torres Torres la economía de esta rectoría va perdiendo rentas, lo que hace que la iglesia vaya entrando en un estado de semiabandono. A partir de entonces, el progresivo deterioro así como el aumento de la población, provocan el inicio de las obras de la nueva iglesia que se construirá frente a la casa de los Vallterra, señores de Torres Torres
El antiguo edificio seguía en pie en 1721, pero se puede afirmar que en 1788 ya solo existían sus ruinas y restos de su campanario.La última referencia a este campanario la hemos conocido últimamente a través de una fotografía de principios del siglo XX en la que se observa que todavía está en pie parte de la torre del mismo.
Corbalán de Celis, Cronista de Torres Torres